Un
mundo que fue devastado por las grandes guerras de la magia y la
fuerza. Regidos únicamente por los más fuertes y los más sabios.
Una
época en la que se destruyó toda la realidad, se juntaron tres
jóvenes aventureros. Un monje con un bastón y una extraña máscara,
una joven con un gran arco y un atuendo bastante cubierto y un chico
bastante cubierto, ocultando su rostro con una capucha, portando dos
espadas curvas de mano factura élfica y un arco.
Los
tres, separados y desterrados de sus grupos decidieron tras un leve
conflicto partir juntos. Ya que sus objetivos coincidían, crear su
propio reino, tener un hogar que decir suyo y hacerlo en el reino más
grande y fuerte que jamás ha surgido. Con el fin de proteger a todos
los demás de los grandes abusos.
Al
avanzar por los poblados cobraban recompensas por acabar con
bandidos, rufianes y mercenarios. El chico arquero se encargaba con
su lobo y su águila gigante de explorar todo el terreno hasta ubicar
dónde estaban los bandidos, la chica usaba su arco para hacerlos
salir y el monje enmascarado iba a una amplia velocidad hasta
colocarse en el centro de todos y golpeando el suelo con su energía,
provocaba una explosión mágica con viento, rayos y sonido.
-
Otra aburrida actuación. Buen trabajo Zen.-
Dijo
el chico montado en el águila.
-
Si claro, pero... ¿Qué tal si bajas a echarme una mano? Son muchos
esta vez.-
Alega el monje mientras oye los gruñidos de un lobo enorme.
-
Entonces, procura que no se te vuelvan a escapar tres otra vez.-
Dice
la chica montada sobre un lobo que es casi tan grande de alto como el
chico montado en el águila. Cargando a tres derribados que se
escaparon del monje.
- Es muy
fácil decirlo cuando montas a Cronos, ese saco de pulgas con
armaduras hace todo por ti.-
Gruñe el monje que al mismo tiempo huye del intento de Cronos de morderle
mientras la chica se ríe.
-
Cronos, para ya y Shian, deja de molestar a Zen.-
Dice
el otro mientras aterriza con su águila gigante.
-
Vamos Axtor, no seas aburrido.-
Comenta Shian entre risas.
Cuando
por fin terminaron de cargar a los bandidos, se oye el rugido de un
león y un grito que procedía de pocos metros.
-¡Socorro!
¡Paladín! ¡Guerrero! ¡Alguien!-
Grita un mago que huía de un león enorme con una gran armadura conjunta.
-
¡Lord! ¡Para, no comemos a los amigos!-
Le
grita Axtor mientras agarra al mago que estaba asustado.
-
Espera... ¿Axtor? ¿Eres tú? O gloria bendita, pensé que estaría
solo.-
-
Jamás dejaría que Lord te comiese Joren. Deberías saberlo.-
Comenta Axtor con una sonrisa, mientras Shian se acerca montando sobre
Cronos.
Los
tres simplemente se abrazan al recordar los viejos tiempos y Zen se
acercó al mago y le apuntó con su bastón.
-
Zen, es un amigo. ¿O tú no escuchas?-
Le
regaña Shian mientras Cronos y Lord le dan a Zen con las zarpas en
la nuca.
-
Vale vale, pillé la idea... Bienvenido al club.-
Dijo
Zen acariciando su nuca dolorida.
-
Bueno, ¿Cuál es el plan aquí? Enriquecernos con escritos, o...
¿Qué?-
Pregunta
Joren, espectante, de la respuesta que está por llegar.
-
Pues lo cierto es que tenemos pensado comprar un terreno,
preferiblemente por los bosques. Queremos crear nuestro propio reino
dividido en tres facciones.-
Comenta
Axtor, el cual recibe un codazo de Shian, la cual añade:
-
Aunque sí nos acompañas podrían ser cuatro.-
Justo
cuando Joren fue a replicar, se dio cuenta que Shian tenía su arco
descolgado. Por lo que accede a acompañarles.
-
Bueno, ya que formo parte de este gran proyecto, os aportaré un
presente.-
En
ese momento Joren saca un saco medianamente grande, repleto de
pladrium. Unas monedas que superan el valor de los diamantes.
-
¿De dónde has sacado tantísimo dinero?-
Preguntan
los tres atónitos al mismo tiempo, mientras Joren se ríe con
ahínco.
-
Es mi pago por un trabajo. Con esto podremos quedarnos con un
territorio que sirve de ruta mercante.-
Comenta
Joren muy orgulloso.
-
¿Entonces ya cumpliste el trabajo?-
Pregunta
Zen, que acaba burlándose, al ver cómo Joren palidecía.
Cuando
entregan su encargo, el grupo se dirige a la ubicación marcada por
Joren, donde se ven varios golem custodiando la zona, junto a varios
gigantes de diferentes tamaños.
A
lo lejos se oye el águila gigante gritando y el león gruñe por lo
Axtor se inclina y empieza a escribir con una flecha lo que le indica
el águila que ve en el terreno.
-
Bien, tenemos a tres golem y cuatro gigantes. Propongo un ataque a
base de distracciones.-
Comenta
Axtor.
-
Sabemos que los golem son muy lentos y los gigantes deben sumar el
añadido de idiotas y torpes.-
Añade
Zen a la información.
-Entonces
el mejor plan sería que Axtor y yo fuésemos en Lord y Cronos
mientras Joren va en Raven. Zen puede ir corriendo entorpeciendo a
los gigantes.-
Define
Shian como estrategia.
Mientras
todos se preparan Joren comienza a retroceder dando ánimos y
diciendo que está de acuerdo con el plan, pero Raven lo sube en su
lomo y empieza a alzar el vuelo mientras los demás van a combatir.
El
combate resulta ser más duro de lo esperado, esos gigantes estaban
bien adiestrados y los golem tenían un buen armamento. Cosa que
pilló a Zen desprevenido y tras evitar varios golpes, recibe el
impacto de una maza que lo manda a volar y en ese momento, otra le
impacta aplastándole contra el suelo.
Los
demás ven esa escena sin poder hacer nada más que luchar por su
propia vida.
Sin
embargo, el gigante no consigue levantar su maza, en su lugar, esta
empieza a desprender humo, hasta que acaba fundiéndose quemando las
manos del gigante.
Es
en ese momento cuando ven a Zen, brillando con un Aura roja y un
tatuaje de un fénix en su espalda que destaca.
-
Ni ahora ni nunca, podréis matar a un inmortal.-
Dice
Zen según vuelve al combate.
Es justo en ese mismo instante, cuando Jorden, en vista que su varita perdía poder, lanzó un conjuro desde un pergamino, permitiendo a todos sus compañeros ampliar su tamaño temporalmente, para estar en igualdad de condiciones.
Tras
algunas horas más todo finaliza. Por fin lo habían conseguido. Un
claro, rodeado de un bosque enorme y majestuoso, con un lago y con
muchas posibilidades.
Fue
entonces cuando pudieron hacer su reino, gracias a la magia de
Jorden, que lo logró concejos conjuros. Un reino basado en la magia
y el físico, surgido de una amistad que se volvió inquebrantable.
Por
fin el débil tendría donde refugiarse y pedir ayuda, y el mundo
tendría un lugar donde crecer con lealtad, pues el reino de Zhaxjor,
jamás les abandonará.