domingo, 11 de septiembre de 2016

Reinos de Amistad

Un mundo que fue devastado por las grandes guerras de la magia y la fuerza. Regidos únicamente por los más fuertes y los más sabios.
Una época en la que se destruyó toda la realidad, se juntaron tres jóvenes aventureros. Un monje con un bastón y una extraña máscara, una joven con un gran arco y un atuendo bastante cubierto y un chico bastante cubierto, ocultando su rostro con una capucha, portando dos espadas curvas de mano factura élfica y un arco.
Los tres, separados y desterrados de sus grupos decidieron tras un leve conflicto partir juntos. Ya que sus objetivos coincidían, crear su propio reino, tener un hogar que decir suyo y hacerlo en el reino más grande y fuerte que jamás ha surgido. Con el fin de proteger a todos los demás de los grandes abusos.
Al avanzar por los poblados cobraban recompensas por acabar con bandidos, rufianes y mercenarios. El chico arquero se encargaba con su lobo y su águila gigante de explorar todo el terreno hasta ubicar dónde estaban los bandidos, la chica usaba su arco para hacerlos salir y el monje enmascarado iba a una amplia velocidad hasta colocarse en el centro de todos y golpeando el suelo con su energía, provocaba una explosión mágica con viento, rayos y sonido.
- Otra aburrida actuación. Buen trabajo Zen.-
Dijo el chico montado en el águila.
- Si claro, pero... ¿Qué tal si bajas a echarme una mano? Son muchos esta vez.-
Alega el monje mientras oye los gruñidos de un lobo enorme.
- Entonces, procura que no se te vuelvan a escapar tres otra vez.-
Dice la chica montada sobre un lobo que es casi tan grande de alto como el chico montado en el águila. Cargando a tres derribados que se escaparon del monje.
- Es muy fácil decirlo cuando montas a Cronos, ese saco de pulgas con armaduras hace todo por ti.-
Gruñe el monje que al mismo tiempo huye del intento de Cronos de morderle mientras la chica se ríe.
- Cronos, para ya y Shian, deja de molestar a Zen.-
Dice el otro mientras aterriza con su águila gigante.
- Vamos Axtor, no seas aburrido.-
Comenta Shian entre risas.
Cuando por fin terminaron de cargar a los bandidos, se oye el rugido de un león y un grito que procedía de pocos metros. 
-¡Socorro! ¡Paladín! ¡Guerrero! ¡Alguien!-
Grita un mago que huía de un león enorme con una gran armadura conjunta.
- ¡Lord! ¡Para, no comemos a los amigos!-
Le grita Axtor mientras agarra al mago que estaba asustado.
- Espera... ¿Axtor? ¿Eres tú? O gloria bendita, pensé que estaría solo.-
- Jamás dejaría que Lord te comiese Joren. Deberías saberlo.-
Comenta Axtor con una sonrisa, mientras Shian se acerca montando sobre Cronos.
Los tres simplemente se abrazan al recordar los viejos tiempos y Zen se acercó al mago y le apuntó con su bastón.
- Zen, es un amigo. ¿O tú no escuchas?-
Le regaña Shian mientras Cronos y Lord le dan a Zen con las zarpas en la nuca.
- Vale vale, pillé la idea... Bienvenido al club.-
Dijo Zen acariciando su nuca dolorida.
- Bueno, ¿Cuál es el plan aquí? Enriquecernos con escritos, o... ¿Qué?-
Pregunta Joren, espectante, de la respuesta que está por llegar.
- Pues lo cierto es que tenemos pensado comprar un terreno, preferiblemente por los bosques. Queremos crear nuestro propio reino dividido en tres facciones.-
Comenta Axtor, el cual recibe un codazo de Shian, la cual añade:
- Aunque sí nos acompañas podrían ser cuatro.-
Justo cuando Joren fue a replicar, se dio cuenta que Shian tenía su arco descolgado. Por lo que accede a acompañarles.
- Bueno, ya que formo parte de este gran proyecto, os aportaré un presente.-
En ese momento Joren saca un saco medianamente grande, repleto de pladrium. Unas monedas que superan el valor de los diamantes.
- ¿De dónde has sacado tantísimo dinero?-
Preguntan los tres atónitos al mismo tiempo, mientras Joren se ríe con ahínco.
- Es mi pago por un trabajo. Con esto podremos quedarnos con un territorio que sirve de ruta mercante.-
Comenta Joren muy orgulloso.
- ¿Entonces ya cumpliste el trabajo?-
Pregunta Zen, que acaba burlándose, al ver cómo Joren palidecía.
Cuando entregan su encargo, el grupo se dirige a la ubicación marcada por Joren, donde se ven varios golem custodiando la zona, junto a varios gigantes de diferentes tamaños.
A lo lejos se oye el águila gigante gritando y el león gruñe por lo Axtor se inclina y empieza a escribir con una flecha lo que le indica el águila que ve en el terreno.
- Bien, tenemos a tres golem y cuatro gigantes. Propongo un ataque a base de distracciones.-
Comenta Axtor.
- Sabemos que los golem son muy lentos y los gigantes deben sumar el añadido de idiotas y torpes.-
Añade Zen a la información.
-Entonces el mejor plan sería que Axtor y yo fuésemos en Lord y Cronos mientras Joren va en Raven. Zen puede ir corriendo entorpeciendo a los gigantes.-
Define Shian como estrategia.
Mientras todos se preparan Joren comienza a retroceder dando ánimos y diciendo que está de acuerdo con el plan, pero Raven lo sube en su lomo y empieza a alzar el vuelo mientras los demás van a combatir.
El combate resulta ser más duro de lo esperado, esos gigantes estaban bien adiestrados y los golem tenían un buen armamento. Cosa que pilló a Zen desprevenido y tras evitar varios golpes, recibe el impacto de una maza que lo manda a volar y en ese momento, otra le impacta aplastándole contra el suelo.
Los demás ven esa escena sin poder hacer nada más que luchar por su propia vida.
Sin embargo, el gigante no consigue levantar su maza, en su lugar, esta empieza a desprender humo, hasta que acaba fundiéndose quemando las manos del gigante.
Es en ese momento cuando ven a Zen, brillando con un Aura roja y un tatuaje de un fénix en su espalda que destaca.
- Ni ahora ni nunca, podréis matar a un inmortal.-
Dice Zen según vuelve al combate.
Es justo en ese mismo instante, cuando Jorden, en vista que su varita perdía poder, lanzó un conjuro desde un pergamino, permitiendo a todos sus compañeros ampliar su tamaño temporalmente, para estar en igualdad de condiciones.
Tras algunas horas más todo finaliza. Por fin lo habían conseguido. Un claro, rodeado de un bosque enorme y majestuoso, con un lago y con muchas posibilidades.
Fue entonces cuando pudieron hacer su reino, gracias a la magia de Jorden, que lo logró concejos conjuros. Un reino basado en la magia y el físico, surgido de una amistad que se volvió inquebrantable.

Por fin el débil tendría donde refugiarse y pedir ayuda, y el mundo tendría un lugar donde crecer con lealtad, pues el reino de Zhaxjor, jamás les abandonará.





2 comentarios:

  1. Jajajaja es muy bueno me parti de risa con los protas sigue asi me encanta como escribes ;)

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  2. Me van molando si señor, a seguir subiendo relatos campeón. ¡¡Sigue así!!

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